Palabras del Chef
Disfruta de una comida inolvidable en un entorno encantador en Malleza (también conocida como La Pequeña Habana) por su peculiar arquitectura indiana.
Te esperamos con los brazos abiertos para brindarte una experiencia gastronómica excepcional.
Un restaurante centenario
Adéntrate en la historia y encanto del restaurante “Al Son del Indiano”, ubicado en la pintoresca Plaza Mayor del pueblo de Malleza, en el concejo de Salas, siendo considerado uno de los lugares más hermosos de Asturias, en el Principado de Asturias.
Situado a 350 metros de altitud y a 14 kilómetros de las encantadoras villas de Salas y Pravia, el pequeño núcleo de Malleza personifica perfectamente la esencia de una aldea asturiana, con sus caseríos y casas señoriales. Sin embargo, destaca especialmente por su extraordinaria arquitectura colonial, que lo convierte en un verdadero tesoro arquitectónico.
Desde el siglo XIX, este edificio ha albergado una posada que incluía una taberna, donde solían jugarse partidas de dominó en las mismas mesas de mármol blanco que aún se pueden apreciar hoy en día. Además, contaba con un salón de baile que en los años 30 se transformó en una sala de cine, donde todavía se conserva un antiguo piano con sus teclas de marfil, y un billar.
En el antiguo escenario, ahora un espacio vacío que durante todo el año se utilizaba como almacén de salazones, actuaron las estrellas del espectáculo asturiano. Grandes artistas como El Presi y Los Tres Ases, así como las orquestas locales, como La Estrada, La Valquiria y La Boston, llenaron de alegría la vida de los habitantes de Malleza durante más de un siglo.
La bodega, que se encuentra debajo de la escalera, sigue impregnada del aroma del vino y la sidra después de todos estos años. Los comedores se encuentran en el primer piso, junto con la cocina y el almacén. En el segundo piso, solía estar el hotel, conocido como la Casa de Huéspedes, con cinco habitaciones numeradas del 0 al 4 y un baño compartido.
La historia de este pueblo se desarrolló en la taberna, incluso antes de que se construyera la iglesia frente a ella. Nadie duda de que la taberna es más antigua que la iglesia, y todos los acontecimientos, tanto buenos como malos, tuvieron lugar en este emblemático establecimiento.
Hace algunos años, surgió una pequeña polémica después de la publicación de un reportaje en el periódico El Comercio sobre el restaurante y su historia peculiar. Aunque el establecimiento decidió no entrar en controversias, un vecino preocupado consultó a su suegra, quien había nacido en esa casa, para confirmar los hechos. La respetable anciana de más de 80 años respondió: “Querido yerno, en esa casa pasó de todo…”. Con estas palabras, la polémica quedó zanjada. En una posada que ha entrado en su tercer siglo de existencia, es fácil imaginar que, como señaló la anciana, estas antiguas paredes han sido testigo y han escuchado de todo.